Pasión por saber y contar

Nada más genuino que la posibilidad de expresarse. Nada más natural que el uso de la palabra para contarle al mundo que nos pasa. Aquellos que vivimos de la comunicación y nos valemos de ella para enriquecernos intelectualmente, necesitamos muchas veces frenar los hechos para analizarlos. Esa es la apuesta de este espacio, aunque referirse a fútbol sea trillado o banal, a veces sirve como pretexto para encontrar otra cosa quizás más profunda.El desafío es hacerlo entre todos. En un ida y vuelta que permita detenerse un segundo a pensar intentando un cambio de frente para sentirnos más completos.

lunes, 4 de junio de 2012

El combustible de mi alegría

Hoy 4 de junio he decidido retomar este espacio. Por falta de tiempo y de inspiración dejé la hoja en blanco, la deje sin caracteres, para entregarme a la facilidad e inmediatez de las redes sociales. Un puñado de letras en espacio acotado saciaron mis ganas de contar cuando de repente entendí que ese nicho sabía a poco. No es que tenga algo valioso para compartir, o sí, uno nunca sabe...es que dentro de muy poco mi vida cambiará para siempre. Desde chico supe que mi amor por el deporte y en especial por el fútbol me abrirían algunas puertas. En el medio me topé con el periodismo, un club sin fecha de vencimiento. Todo ha fluido para que, con el paso del tiempo, se puedan unir las piezas dentro de un contexto más favorable de lo imaginado. De eso, no hay dudas, que algo supere tus sueños o los confirme es tan valioso como un tesoro, o mejor dicho es el verdadero tesoro, sin valor de mercado( ni oficial ni paralelo).
Hace unos días llegó la confirmación más esperada. 'Vas a cubrir los Juegos Olímpicos', me dijeron sin más detalles ni explicaciones. Un mega evento no se discute demasiado, es tocar el cielo con las manos aunque mi especialidad sea otra. Es dar y entregar prestigio, ser testigo de posibles proezas, de records, de medallas merecidas, de frustaciones...de todo eso junto. Para un comunicador, es el desafío de no fallarle a quienes consumen tu producto, lo mastican y dan ese veredicto tantas veces impiadoso. Es someterse al juicio público y con el agravante de no ser un reconocido todoterreno, como lo son algunos colegas de afamada capacidad.
Como es sabido, la máxima cita del deporte mundial es en Londres, la ciudad más bella del planeta, según quien escribe estas líneas. Viajar a Europa siempre es un privilegio, rodearte de historia, de sabiduría y en estos tiempos de crisis, palabrita muy conocida por todos de este lado del océano. Sin embargo, el combustible de mi alegría lo excede todo. Son los Juegos, la meta de hacerlo bien, pero más que nada la posibilidad de conocerte. Una gran parte de mi ser ansía adelantar los meses para sólo llegar al instante de ver tus ojos, esos ojos que muchos dicen son iguales a los míos. La cabeza esta cerca del Támesis, el corazón cerca de ese momento. Mi padre vive en Madrid, nunca nos vimos cara a cara pero nos sentimos cerca. No vale la pena extenderme en las razones, la vida ya ha compensado con creces su ausencia, un desamor nos separó y una aparente protección materna hizo el resto. Ya no hay rencores, sabe Dios cuando era el mejor momento para el abrazo y la charla reparadora de heridas.
Aquellos que pensaron en mí para dicha cobertura jamás sabrán el real significado de este viaje. Ellos ayudaron con su criterio a encontrar las piezas de mi puzzle interno, esa imagen que aun no tiene rostro definido, podrá completarse. Simplemente gracias.

3 comentarios:

  1. Felicitaciones estimado. Debe ser un honor tremendo cubrir un evento como los Juegos Olímpicos.

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  2. FElicitaciones amigo, me alegro mucho, espero que disfrutes mucho lo que te has ganado con trabajo y amor por lo que haces. Y espero con todo el alma que puedas ver a tu viejo. Abrazo amigo.

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  3. Muy bien, Faby! Felicidades. Muy merecido. De aquí en adelante, beaucoup de merde!

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