No es hora de balances

Me resisto a los balances tan usuales en estos momentos del año. No por ser diferente ni pretender serlo simplemente por querer siempre mirar para adelante y no tanto hacia atrás. En todo orden de la vida cada uno sabe que hizo bien y que no. Esa llama interna que indica el curso de los actos mantiene alerta nuestra esencia para empujarnos cada día a ser mejores, con aciertos y errores. Pero haciendo, esa es la clave.
Hay grandes desafíos por delante. Existen miles de cosas por cambiar y perfeccionar, pero nada pasa sin movimiento. No se logra nada sin traducir una idea en un hecho concreto por más que parezca imposible. El propio límite esta en uno mismo.
En nuestro querido deporte la maleza ha crecido demasiado. Grandes áreas han quedado tapadas por incapacidad o incompetencia o una dosis de las dos cosas juntas. No se invierte ni plata ni tiempo en disciplinas amateurs, no tenemos una verdadera política deportiva de largo aliento para generar resultados concretos, sólo dependemos del talento individual.
Con ese panorama aspirar a un verdadero logro olímpico será inalcanzable.
En los deportes rentados también existen los talentosos, pero dentro de un marco mucho más confortable para desarrollarse. Tampoco hablamos de un mundo ideal ni mucho menos. Intereses de todo tipo tiñen en ocasiones de un color oscuro a la competencia quitándole muchas veces la ecuanimidad que se necesita para jugar limpiamente.
En el fútbol se vive a diario. El negocio por encima de todo, a cualquier precio. Por suerte, la propia nobleza del juego lo rescata de las garras del sistema. En los escritorios se digitan algunas cuestiones( fixtures, árbitros, canchas, etc. ), en el césped la pelota manda y,casi siempre, gana.

Boca y River: la deuda interna

Deben cancelar su deuda rápidamente. Boca y River tuvieron un año deportivo olvidable, por debajo de los antecedentes históricos y lejos de la expectativa de sus seguidores.
Es verdad que River está peor. Consiguió en el primer semestre del año pasado el título de la mano de Diego Simeone, con una enorme tarea de Juan Pablo Carrizo y pincelazos de Ariel Ortega, pero con el mismo cuerpo técnico al certamen siguiente terminó último, algo inédito e histórico para el club. En paralelo, Boca obtenía en ese lapso un estrella más en el famoso triángular compartido con Tigre y San Lorenzo ( lo ganó por diferencia de gol ). Carlos Ischia era el entrenador quien se ganó la renovación de contrato por el título.
El 2009 sería un camino sinuoso para los dos. River con Néstor Gorosito primero y con Leonardo Astrada después, no pasó de la mitad de la tabla en ninguno de los dos campeonatos locales y además siguió perdiendo prestigio en el terreno internacional con eliminatorias prematuras. A Boca le pasó lo mismo: de arranque Ischia optó por la Copa Libertadores y jugó el torneo doméstico con mayoría de suplentes. Así terminó decimocuarto en el Clausura y quedó eliminado en octavos por Defensor Sporting de Uruguay en la Copa. Lo reciente, ya con Alfio Basile en el banco, un opaco séptimo lugar en el orden local y una salida rápida en la Sudamericana por culpa de Vélez.
Queda demostrado que el brillo se perdió hace rato. Aunque el resultado sea similar y los una como pocas veces en la historia, la raíz de los problemas en cada caso, es diferente. River debe reconstruirse como institución luego del desastre Aguilar. Acomodar las finanzas, recuperar la confianza general y empezar desde allí a encontrar un mejor equipo, con compras calificadas y no compulsivas que llevaron a juntar más de lo mismo dentro del vestuario. Tarea mayúscula para el nuevo presidente Daniel Pasarella.
Boca tiene el inconveniente en otro lado. La figura de manager que ocupa Carlos Bianchi choca con la del entrenador Alfio Basile. No es la relación explosiva de Maradona con Bilardo, pero se nota que no se trabaja en conjunto. Y los dirigentes a quién apoyan ? Por otro lado existe el vestuario, un lugar sagrado para el futbolista. Las divisiones entre el grupejo Palermo ( el más numeroso ) y el de Riquelme con sus pocos miembros ( Ibarra y Javier García ) corrompen la armonia del grupo. Nadie pide que sean amigos, pero tampoco enemigos.
Así, los dos se debaten cada uno en su interna. Interna que sale a luz para alejarlos cada vez más de los primeros planos y mantenerlos en deuda con sus hinchas.

La misión es otra

No se puede creer. De tipos tan experimentados e inteligentes, no se puede creer. O en realidad, sí se puede creer, si vivieron toda la vida de conflicto en conflicto.
Antes por incomprendidos y ahora por relegados, vomitan su bronca para limpiarse. Y en el medio de la balacera dialéctica hay un equipo a la deriva.
Las últimas declaraciones públicas del manager del seleccionado argentino alimentaron una interna crónica que no hace más que ensuciar la cancha a seis meses del Mundial. Para colmo futbolísticamente hay poco y nada para rescatar en un proceso que mantiene la falta de rumbo.
Es que la cosa nació torcida. Nombran un técnico sin el convencimiento del caso, lo rodean con ayudantes de poca experiencia y además le ponen un manager de discurso desmesurado. Una combinación fuerte, un cóctel explosivo. Cuál es el resultado? Este conventillo mediático.
Que yo sabía que quería separarnos, que le habla mal de mí al entrenador, que no tiene chapa para dividirnos...fueron algunas de las denuncias hechas por el hombre de la nariz grande hacia el novel ayudante. De verdad se puede separar algo que nunca estuvo unido? Muchachos.... si no se pueden ni ver, si viven sospechando el uno del otro... por favor no seamos ilusos.
Mientras se siguen peleando sin la participación de Maradona por razones conocidas, la selección argentina perdió otro amistoso jugando sin un patrón definido y con una alarmante falta de coordinación en la mayoría de sus líneas, con la tarea opaca de algunos jugadores ( Pozo, Demichelis y Gago, por ejemplo ) y con la ratificación de algunos apellidos como Lavezzi y Di Maria quienes superaron la prueba ante los catalanes.
Algo o alguien deberá cambiar para mejorar la abrumadora atmósfera que se respira en Ezeiza. Así va ser dificil encontrar el norte del equipo, verdadera misión para este cuerpo técnico que se empecina en debilitar sus energías por problemas de cartel.

Messi, historia de un crack

El ex-presidente de Newell´s, Eduardo López ha cometido varios pecados. No vale la pena enumerarlos ya que la idea no es hablar de él sino de uno de sus tantos descuidos : no esperar a Messi.
Cuentan los que saben que a los 5 años empezó a practicar baby-fútbol en el club barrial de su localidad natal Grandoli. En ese club su padre hacia las veces de entrenador. Por su buen juego y sus habilidades con la pelota, se sumó a la edad de 7 años (año 1995) a las categorías inferiores del club Newells Old Boys. Desde ese momento se podía fácilmente observar que Lionel Messi era dueño de las características propias de un jugador estrella, pero sin embargo en el instante de ingresar en las divisiones inferiores del Club Atletico River Plate (año 1998), mediante el control medico de rutina, se le diagnosticó un retraso en el crecimiento (desarrollo de la estructura ósea) a causa de un déficit en la producción de la hormona del crecimiento. Existía en ese entonces un tratamiento disponible, pero la familia Messi no podía afrontar el gasto( el costo aproximado era de $ 1.000 dólares mensuales) ya que su padre era un simple trabajador metalúrgico. Con el parte médico en la mano, López miró para un costado y decidió no afrontar lo que, en ese momento se consideró más que una inversión un riesgo. Mirada corta si las hay.
El tiempo depositó a los Messi en España donde La Pulga hizo una prueba en las divisiones menores del Barcelona ante la mirada experta de Carlos Rexach, caza talento blaugrana quien rápidamente fichó al crack con sólo trece años y hasta le consiguió empleo a su padre. Mirada larga si las hay.
Después la historia es conocida. Con su talento explotó en el Barca y con apenas 22 años ya obtuvo once títulos incluyendo el último en Abu Dhabi con un gol suyo para el único logro que le quedaba por conseguir al conjunto catalán en un año histórico para el club ( ganó todos los torneos que disputó).
Ayer la FIFA lo designó como el mejor jugador del mundo. Nunca un argentino recibió semejante galardón. Además ya le habían dado el Balón de Oro. Mirada justa si las hay.
Aunque nunca se lo pudo disfrutar en el fútbol nuestro por negligencia y se lo espera con ansias con la celeste y blanca, Messi tiene el gen de la victoria como dijo Guardiola. Ojalá lo saque a relucir en Sudáfrica.

Más allá del resultado

Qué discurso tendrán aquellos que sólo valoran el resultado para describir lo que pasó en la final del Mundial de Clubes con Estudiantes?
Cómo explicarán sólidamente lo sucedido sin incluir la palabra fracaso?
Podrán valorar qué se estuvo a tres minutos de la gloria y por cansancio propio más jerarquia ajena se vuelven de Asia con las manos vacías?
Tendrán la capacidad para separar los tantos e igualmente realzar la producción fútbolística más allá del descenlace?
Sería penoso escuchar de sus bocas aquélla frase de Bilardo( nacido en la cuna Pincha ) diciéndo que "ser segundo, es ser el primero de los fracasados".
Por suerte a esta altura, el mundillo del fútbol ha destacado la tarea de Estudiantes. Ha mirado un poco más lejos, ha resaltado la manera de jugarle a un imposible Barcelona que por momentos se arrodilló ante la supremacía táctica de Verón y compañía.
Nadie duda que hay bronca en el plantel perdedor. No serían seres humanos sino sintieran esa rabia propia de perder de un plumazo aquello que se tiene en un puño. Pero cuando pase la desazón, sabrán que superaron al mejor equipo del mundo en juego y en orden ( nunca vi tirar tantos pelotazos al Barca como en el primer tiempo) y eso más que un consuelo deberá servir como bálsamo para cicatrizar la herida
Hay explicación posible cuándo a pesar del resultado, un equipo deja tantas cosas?
El tiempo pone las cosas en su lugar. Estoy seguro que pocos se olvidarán del coraje mostrado por Estudiantes más allá de todo, más allá del resultado.

El ayudante de Passarella

Alejandro Sabella sólo tenía antecedentes como ayudante de campo de Daniel Passarella. Nadie sabía, salvo los íntimos, sus cualidades como entrenador. Si conocíamos sus dotes de jugador y su historia con los colores de Estudiantes dentro de la cancha. Intuíamos, además, que poseía la famosa mística copera en su sangre.
De golpe, su equipo está por medirse con el talentoso Barcelona en la final del Mundial de Clubes algo así como estar en el lugar soñado para cualquier entrenador o futbolista. Tener el dasafío más importante al que se pueda acceder a nivel equipos.
No llegó a esta instancia de casualidad. Tampoco se consagra un equipo de la noche a la mañana ni se consolida sin hacer nada. Este Estudiantes tiene mucho de aquellos equipos dónde Sabella supo brillar con una mística contagiosa. De los más grandes a los más pibes se transmite lo que en el equipo de La Plata es marca registrada. Así gano la Copa Libertadores y así pretende sentarse en la cima del mundo futbolero si es que destrona al favorito.
Podrán algunos resumir el éxito de este cuerpo técnico en la figura de Verón. Un plus, sin dudas, pero dejando de lado los preconceptos, la Brujita es la frutilla del postre, un postre sabroso y consistente.
El resultado de la final será importante. Nadie compite para perder. Aunque si ganan los catalanes, Estudiantes deberá regresar a casa con la frente alta y Sabella con el orgullo de haberle mostrado a todos sus atributos como entrenador.

El Juego Perfecto

Hace unas horas, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter descartó la posibilidad de incluir la tecnología y el uso del video en el arbitraje.
Yo soy de los que piensa que el juego más popular del planeta es perfecto. Puede combinar cualquier tipo de emociones en un determinado lapso ( 90 minutos ) y hasta sabe convivir con el error humano sin que nadie se espante por ello. Cuando un jugador erra o un árbitro se equivoca nadie piensa en que la naturaleza del fútbol se pueda alterar.
Ahora bien, si ese error es a propósito, para sacar ventaja se transforma en trampa y la trampa enardece a quien la recibe y aunque no se admita persigue al que la hace. Como la escandalosa mano del bueno de Henry ante Irlanda.
Allí es donde mi convicción choca con la realidad y aunque transito por la misma vereda que Blatter (no se asusten, sólo en eso ) hubiera parado el partido para mirar un monitor y corregir semejante canallada, dándole al asunto una gran dosis de justicia.
Ni el rugby, ni el tenis, ni el fútbol americano tienen la misma esencia del fútbol, pero han sabido incorporar la tecnología para mejorar. Han podido cambiar la cabeza de propios y extraños y mal no les va.
Los árbitros de esas disciplinas tampoco se sienten menos capaces, si unas máquinas colaboran con su tarea y los liberan de algunos fallos.
El fútbol es un juego perfecto. El video ayudaría a erradicar la trampa que altera esa perfección de origen. Aunque me pese decirlo.

El cerebro de Guardiola

Pep Guardiola es un tipo común. Por fuera de traje ajustado a la moda preferentemente oscuro, chaleco al tono, corbata finita y una calvicie abrumadora disimulada por un corte al ras. Por dentro lo de cualquier persona: estómago, corazón, hígado, cerebro, etc. Claro que un gran cerebro, el que utilizaba en el Barcelona de los 90 para manejar un equipo ganador de Liga y Copa de Europa aquel primero de Johan Cruyff y después de van Gaal.
Este tipo pensante y calculador no ha cambiado con el tiempo. Su rol como entrenador revalida partido a partido esa inteligencia que ya no ejecuta sino que pergeña. Hoy es el director de orquesta de un mágico equipo catalán ganador de la Liga 08-09, Champions League 08-09, Copa del Rey, Supercopa Española y Supercopa Europea. Ahora cuál es su virtud?. Cualquiera que tenga dos dedos de frente sabe que con sólo darles la pelota a Messi, Ibrahimovic y compañia el problema estaría resuelto. Pero no. Guardiola evitó transformar a su equipo en un grupo de talentosos anárquicos para convertirlos en una constelación de estrellas que funcionan como grupo fuera y dentro de la cancha. Vale recordar la manera en que todos sus compañeros aplaudieron, con una sonrisa en la boca, a Messi cuando levantó el Balón de Oro para mostrarlo en el Camp Nou.
Juntar en una misma fórmula velocidad Europea con técnica Sudamericana ha sido otro de sus logros y sostener el grado de ambición permanente también debe ser resaltado.
Pep Guardiola es un tipo simple. Tan simple como juega su Barcelona. El que moldeó con su cerebro de estratega.

Los irracionales

Hoy vi a Estudiantes en el Mundial de Clubes de Abu Dhabi y me preguntaba como será ser simpatizante del Pincha en estos tiempos. Qué debe sentir ese hincha que viajó tantos kilómetros para compartir con el mundo el orgullo por los colores. Cuán grande debe ser esa pasión para sacar del bolsillo una buena cantidad de dólares para estar en el lugar correcto. Es que el corazón no entiende de razones y la razón no entiende de corazones.
Comprendi que las fronteras son barreras imaginarias que se anteponen a nosotros en circunstancias negativas y que la sola posibilidad de emocionarnos las derriba inmediatamente.
Por eso hubo casi cinco mil personas gritando por los de Sabella en una tierra tan extraña como fascinante con la ilusión de ser participes y testigos de un hecho histórico.
La retribución no se hizo esperar. Aunque le costo mucho, Estudiantes logró sacarse de encima al molesto equipo surcoreano que terminó el partido con tres expulsados y con el brasileño Denilson en el arco. El resultado final ( ganó 2 a 1 ) lo deposita en la final del certamen.
Del desempeño argentino poco se puede destacar: Leandro Benítez y Clemente Rodriguez fueron los puntos altos de un equipo peleado con la pelota y Juan Sebastián Verón jugó como siempre con el corazón en la mano.
Ya valió la pena semejante esfuerzo aunque quede la posibilidad de un mano a mano con el todopoderoso Barcelona, tanta distancia recorrida sirvió para comprobar una vez más que aquellos que se visten de juagdores y los " irracionales " sienten de la misma manera.