Pasión por saber y contar

Nada más genuino que la posibilidad de expresarse. Nada más natural que el uso de la palabra para contarle al mundo que nos pasa. Aquellos que vivimos de la comunicación y nos valemos de ella para enriquecernos intelectualmente, necesitamos muchas veces frenar los hechos para analizarlos. Esa es la apuesta de este espacio, aunque referirse a fútbol sea trillado o banal, a veces sirve como pretexto para encontrar otra cosa quizás más profunda.El desafío es hacerlo entre todos. En un ida y vuelta que permita detenerse un segundo a pensar intentando un cambio de frente para sentirnos más completos.

martes, 16 de julio de 2013

La miseria no tiene color de camiseta

No estamos acostumbrados a semejante espectáculo. Declaraciones punzantes, dardos envenenados, despecho y deslealtades han transformado al Barcelona en un circo mediático impropio de su filosofía. Un club inmaculado, idealizado, inalcanzable para muchos dejó de ser noticia por las gambetas de Iniesta, por las asistencias de Xavi, por los goles de Messi para entregarle al Mundo su rostro menos conocido: la miseria.
Hace pocos días, Guardiola sacudía la tranquilidad de Arco, lugar de la pretemporada del Bayern Múnich, con una catarata de declaraciones en un tono agresivo y visceral. Una versión sugería que  el catalán había desacreditado la capacidad profesional de Tiro Vilanova para seducir a Neymar y torcerle su deseo de firmar con el Barça. Inclusive, los interlocutores, habrían sugerido que Pep habló de la enfermedad de su antiguo ladero para sacar ventajas en la operación. Esa versión crispó el alma del entrenador quien salió como un tigre a desmentir la especie. En el medio deslizó la posibilidad de ser víctima de una campaña nacida del propio Barcelonismo y encabezada por su actual presidente Sandro Rosell. El guante fue recogido por el propio dirigente, quien con cara de nada, intentó bajar el tono de la disputa. Fue solo un espejismo ya que, horas más tarde,  el fuego sería avivado por el bueno de Tito diciendo: "Pep era mi amigo, no estuvo cuando más lo necesitaba". Bomba dialéctica.
Este escándalo mediático puso en la superficie un costado sombrío de las relaciones humanas. Es natural que tanto el odio como el amor sean parte del menú cotidiano mucho más en un ámbito tan competitivo y exigente como el fútbol donde también ingresan en la carta: la autoexigencia, el éxito, el fracaso, y en el Barcelona especialmente, la excelencia. Llama la atención porque en ese planeta las discrepancias no salen a la luz, las incomodidades se manifiestan tras los muros encriptados del Camp Nou. Todo parece desarrollarse en un parque de diversiones mientras los resultados deportivos y, sobre todo, el estilo se mantienen inalterables. Sin embargo, no debemos engañarnos ni ver fantasmas madridistas dando vueltas, ya que la miseria no tiene color de camiseta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario